Mejores técnicos para una mejor realidad

SALA DE PRENSA

Pedro Esteva: “Nuestro crecimiento depende del desarrollo nacional”

Para el presidente de IMCA innovar es crear valor para los clientes y la sociedad

Cuando decides asumir las consecuencias de que el crecimiento de tu empresa depende directamente del desarrollo del país, las cosas cambian. Ese salto de la teoría a la práctica es el que ha llevado a IMCA, una empresa con 75 años y con objetivos de expansión regional, a asumir un compromiso estratégico por la educación dominicana.

“Hemos acompañado el desarrollo de la infraestructura dominicana a través de los productos y servicios de marcas líderes que representamos, siempre enfocando el servicio como elemento diferenciador, pues estamos claros de que éste es el eje en el que reside la salud y la sostenibilidad de nuestro negocio ya que genera la lealtad de los clientes”, afirma Pedro Esteva, presidente de IMCA.

Lograr un servicio de clase mundial obligó a la empresa a analizar las limitantes del sistema educativo “y, por ende, integrarnos más de cerca para poder incidir en su superación”. Así, en 2007, nace la Iniciativa Empresarial para la Educación Técnica (IEET), y al que pocos años después se sumó Inicia Educación como socio estratégico y con la misma visión de futuro. “Empezamos apoyando al Politécnico Loyola y, gracias al impulso de nuestro socio estratégico, la iniciativa se extendió a 21 centros”. La onda expansiva de la iniciativa sigue creciendo con intención de alcanzar para el próximo año a 348 politécnicos del que egresan anualmente 25 mil estudiantes.

El modelo busca que los jóvenes aprendan mejor, y a la vez desarrollen competencias humanas integrales. No se trata de formar “recursos”, apunta el empresario, sino personas capaces de desempeñarse y potencializar su talento en el entorno laboral pero también en el social. 

¿Cómo se logra?

Con el desarrollo del método contextualizado de la educación técnica que promueve en los jóvenes más exposición y mayor contacto con los problemas y situaciones propios de su realidad cotidiana.  “Si decimos que necesitamos un técnico capaz de apreciar la diversidad, o de comunicarse adecuadamente o resolver de manera eficaz problemas complejos, estas competencias se desarrollan en el aula a través de tareas prácticas”.

El 100% de los técnicos que desde el 2009 ingresan a IMCA son egresados del programa, lo que supone que la empresa es para ellos el primer escalón de una carrera profesional que no tiene límites. “No limitamos a los jóvenes en su plan de futuro, sino que los apoyamos hasta donde quieran llegar”, cuenta el empresario.

Apoyando nuevas políticas públicas

Para seguir cultivando el valor compartido, IMCA se ha integrado activamente en la comisión nacional creada por el gobierno para generar un Marco Nacional de Cualificaciones que permita superar la barrera que impide a los egresados de la educación técnica avanzar con facilidad a otros niveles, y al país desarrollar un sistema que ofrezca aprendizaje continuo a sus ciudadanos. “No hay duda de que el desarrollo social se materializa con políticas públicas; es nuestro compromiso seguir apoyando en la construcción del país que nuestros jóvenes merecen”, concluye Esteva

Más de 100 jóvenes

Jairo pertenece a la primera generación de estudiantes del programa ABC (Accelerated Basic Course) que se integraron a IMCA. Una década después, y tras escalar todos los niveles técnicos de la empresa, se desempeña como Analista de Monitoreo, una posición para un perfil de  ingeniero. Jairo decidió seguir adelante, se hizo ingeniero industrial y actualmente cursa una maestría. Gracias al programa de valor compartido, este joven como muchos otros, ha tenido la oportunidad de forjarse un futuro distinto al que las estadísticas nacionales le pintaban. “Para eso trabajamos”, indica.

“Es nuestro compromiso seguir apoyando en la construcción y el desarrollo del país que nuestros jóvenes merecen”. 

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